17.1.10

The Long-Term Effects of Breastfeeding on Child and Adolescent Mental Health: A Pregnancy Cohort Study Followed for 14 Years

Prolongar la lactancia beneficiaría la salud mental de un hijo hasta la adolescencia. Así lo señala el equipo de Wendy H. Oddy, del Instituto de Investigación en Salud Infantil Telethon, en West Perth, tras realizar una investigación en la que han participado 2.366 hijos de colaboradores en el estudio Raine (Western Australia Pregnancy Cohort Study), que evaluó la salud mental de cada niño a los 2, 5, 8, 10 y 14 años.

Y es que la lactancia ayudaría a los bebés a superar mejor el estrés y hasta reforzaría el apego entre la madre y el hijo, dos beneficios de largo plazo.

De la muestra analizada el 11% nunca había recibido leche materna, el 38% la había tomado por menos de seis meses y la mitad, durante seis meses o más.

Las madres que optaron por la lactancia por menos de seis meses eran más jóvenes, tenían menos educación formal, eran más pobres, estaban más estresadas y fumaban más que aquellas que optaron por el amamantamiento prolongado. Además, esas mujeres eran más propensas a sufrir depresión posparto y sus bebés solían tener problemas de desarrollo.

Las diferencias se observaron en la conducta que se internaliza, que es aquella en la que se interioriza la negatividad, como la depresión, y en la conducta que se exterioriza, como la agresión. La conducta mejoraba por cada mes adicional de lactancia prolongada.

La lactancia por seis meses o más se mantuvo asociada positivamente con la salud mental y el bienestar de los niños y los adolescentes tras controlar la influencia de los factores sociales, económicos y psicológicos, además de las experiencias en los primeros años de vida.

El equipo concluyó que "las intervenciones orientadas a aumentar la duración de la lactancia beneficiarían la salud mental y adolescente en el largo plazo".